Comunidad, la palabra de moda

«Yo soy Community Manager», es una frase muy repetida los últimos meses en reuniones varias y en curricula por todo internet. Las habilidades de crear y mantener una comunidad de usuarios o seguidores son demandadas por diversas instituciones. En realidad, creo que siempre ha sido un objetivo de muchas organizaciones: el sueño de muchos es tener una corte de admiradores, seguidores o fans que crean en ellos. Ya sean productos, ideas, o aficiones. Lo que ha cambiado es la creencia de que es posible, con las herramientas y habilidades adecuadas, crearlas y mantenerlas (algunos sueñan incluso en guiarlas).

Esta es la visión de Chris Pirillo en la WordCamp del hace unas semanas. La vi en directo y me impresionó. Compensa verla entera:

La participación en foros, blogs, microblogging y demás herramientas de colaboración públicas es tan alta, tan intensa y tan «pública», que muchos se dicen para sus adentros «yo también quiero eso para mi producto». Los políticos lo quieren para sus seguidores (y para los que pueden llegar a serlo); los empresarios, para sus clientes, de manera que unos a otros se informen, refuercen y cuenten qué va bien y mal en sus productos, sin tener que pagar a consultoras que les hagan costosísimos focus-groups; y los más egocéntricos, un grupo que loen las excelencias de su gran inteligencia.

Mi opinión es que no es posible, por lo general, crear sentimiento de pertenencia, ni imponer valores compartidos, ni fabricar adhesiones. Siempre ha habido herramientas para fomentar grupos de intereses y facilitar el intercambio de ideas, la único que cambia es que hay algunas nuevas y que algunos sueñan con poseer esas comunidades.

Pero esta entrada no quiere demonizar a los community managers, muy al contrario, pretende resaltar el trabajo de aquellos que no prometen entelequias y que ofrecen herramientas para favorecer sitios de encuentro, para abonar el campo donde pueden aparecer buenos frutos en términos de pasión, apoyo e interés por algo. (Algunos buenos ejemplos de esta tipo de profesionales pueden encontrarse en AERCO, una asociación de gente con talento).

Los clásicos y la gente de talento siempre acuden a nuestra ayuda cuando nos enfrentamos a problemas complicados. Podéis leer estas tres perlas para dar contexto a la reflexión:  Tönies y la distinción entre comunidad y asociación y David de Ugarte con uno de los temas que le ocupan últimamente, las Filés. Rafa ha escrito también sobre el tema.

2 respuestas a «Comunidad, la palabra de moda»

  1. Avatar de Maria Luna

    jajaja es cierto yo tambien lo he dicho, pero tienes razon en cuanto a tu artículo.

  2. […] trabajas a diario y poder compartir una cerveza sin hablar de trabajo hace que el sentimiento de comunidad […]